Manuel Benabent Fernández de Córdoba, Manual de planificación territorial. Ordenación del Territorio y Urbanismo, Tirant lo Blanch, 1ª edición, Valencia, 2022, 280 páginas.
I
Este manual de planificación territorial y urbanística cumple perfectamente su misión de ilustrar al lector los contenidos esenciales de la ordenación territorial y urbanística. Y no solo de los instrumentos de planificación sino de otros aspectos esenciales de la materia como la gestión y ejecución de los planes. En ese sentido el manual ofrece más de lo que anuncia, y lo hace de modo asequible también para un lector medio, interesado en conocer los problemas urbanísticos del territorio y cómo los instrumentos de planificación y gestión pueden ayudar a detectarlos, estudiarlos y resolverlos.
II
Un acierto reseñable del libro es transmitir gran cantidad de información, y hacerlo de forma clara y sencilla, no cargante. Baste aludir por ejemplo al manejo de la legislación urbanística de las diecisiete comunidades autónomas, sin asomo de atosigamiento, señalando principalmente los contenidos homogéneos en los que coinciden las múltiples disposiciones autonómicas, eludiendo exponer sucesiones interminables de artículos. Para ello se parte siempre de una elaboración conceptual expuesta en términos escuetos y comprensibles, frecuentemente acompañada de ejemplos, figuras y cuadros que ilustran esos mismos conceptos. Un glosario de términos que figura al final del libro facilita esa comprensión.
Hay puntos de contraste que resultan esclarecedores. Por ejemplo, el cuadro expositivo de 13 características básicas de la ciudad insostenible (página 136) y, como contrapunto, a continuación, las propuestas de sostenibilidad que debe contemplar el Plan General de Ordenación Urbana que es el que establece el modelo territorial y urbano municipal y por ello es el elemento central para la consecución de la sostenibilidad (páginas 137 a 140).
III
La vasta información que se vierte en el libro pone también de relieve el enorme desarrollo que ha ido alcanzando el urbanismo que, a día de hoy, se muestra muy depurado en sus instituciones básicas y sus contenidos: diversidad de instrumentos de planeamiento, prácticamente uno para cada necesidad; y de gestión, como la reparcelación, que sigue sirviendo en la ejecución del planeamiento, y, últimamente -paradojas del urbanismo tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria- para devolver los terrenos a su situación original en casos de planeamientos fallidos a medio ejecutar: es la llamada reparcelación inversa.
Cuando es preciso para mejor conocimiento de la realidad actual alude también el manual a los antecedentes histórico- legislativos. Y, por supuesto, a los aspectos más novedosos de los actuales planes y contenidos como los aspectos ambientales, o las herramientas para el seguimiento y la evaluación del plan que permiten verificar hasta qué punto el plan ha conseguido los objetivos propuestos.
IV
El sentido práctico de los técnicos urbanistas (arquitectos, ingenieros, etc.) impregna esta obra escrita por quien, con seguridad, está empapado de la práctica profesional de la ordenación urbana. Lo que se muestra en los abundantes gráficos, cuadros expositivos y en los 14 anexos que se incorporan al final del libro, muchos de ellos casos prácticos de la disciplina urbanística. Los juristas agradecemos este tipo de obras, que también manejan el derecho urbanístico, como se ve por las citas bibliográficas de la doctrina administrativa (Tomás-Ramón Fernández, José María Baño, entre otros autores), pues gracias a estos manuales “más técnicos” aprendemos a manejar con más realismo las normas legales. lo que facilita su adecuada interpretación. Sirva de ejemplo el gráfico de la página 118:
En definitiva, por el libro fluyen con gran naturalidad todas las cuestiones atinentes a la planificación, la información sobre el territorio, sus problemas, las necesidades de la población, la gran cantidad y variedad de elementos vinculados a él como la vivienda, los sistemas de dotaciones, equipamientos, espacios libres y zonas verdes, infraestructuras de movilidad e infraestructuras de servicios urbanos, contaminación, amenazas y riesgos, recursos e inversiones públicas, etc.
La obra no se pierde en generalidades, va al grano en la exposición de esa gran diversidad de aspectos que compone el urbanismo y los usos del suelo. Y al tratar de aspectos que reconocemos visualmente mientras caminamos por la ciudad, el campo, la montaña, los espacios litorales y naturales, comprendemos mejor que pueden ser objeto de estudio científico y aplicación en la práctica desde el establecimiento de unas reglas generales y la experiencia profesional. Por eso el libro se lee con interés. Tiene a su favor que los usos del suelo se despliegan en escenarios conocidos: el medio urbano y rural, que presentan un interés ciudadano indudable que invita a reflexionar sobre los problemas de nuestro entorno.